domingo, 4 de enero de 2015

Los Compositores más importantes del Clasicismo (I)

Johann Stamitz, el padre de la escuela de Mannheim


Johann Stamitz (1717-1757) fue un importante compositor, director de orquesta y violinista conocido por ser el principal miembro de la llamada Escuela de Mannheim. Su padre era organista y le dio sus primeras lecciones de música. A los 11 años ya tenía un gran dominio del violín y entró en el Gymnasium jesuita de Jihlava que destacaba por su excelente educación musical. En 1734 ingresó en la Universidad de Praga que abandona al poco tiempo para haber iniciado una carrera como concertista de violín. Sus actividades desde este punto hasta 1741 no se conocen. La primera referencia conocida como intérprete por Stamitz se produce en un anuncio de un concierto en Frankfurt el 29 de junio de 1742, en la que ejecutó el violín, la viola d' amore, el violonchelo y el contrabajo. En 1743 ya era primer violinista de la corte de Mannheim. Entre 1745 y 1746 se le concedió el título de Konzertmeister y en 1750 fue nombrado director de música de cámara de la corte. En 1751 y 1752 Stamitz también es uno de los dos Kapellmeisters, pero después de la llegada de Ignaz Holzbauer en 1753, aparece como director de música de cámara solo. Entre 1754 y 1755 se estableció en París para dirigir la orquesta privada del palacio de La Pouplinière. Esta orquesta ya contaba con clarinetistas para determinado repertorio. Después de este breve paso por la capital francesa regresa a Manheimm donde fallece dos años más tarde.

Un ejemplo de su música es su Sinfonía en Mib, op. 4, nº 6:








Joseph Haydn, el padre de la Sinfonía


Joseph Haydn (1732-1809) nació en el seno de una humilde familia y recibió sus primeras lecciones de su padre, quien, después de la jornada laboral, cantaba acompañándose al arpa. Dotado de una hermosa voz, en 1738 Haydn fue enviado a Hainburg, y dos años más tarde a Viena, donde ingresó en el coro de la catedral de San Esteban y tuvo oportunidad de perfeccionar sus conocimientos musicales.

Allí permaneció Haydn hasta el cambio de voz, momento en que, tras un breve período como asistente del compositor Nicola Porpora, pasó a servir como maestro de capilla en la residencia del conde Morzin, para quien compuso sus primeras sinfonías y divertimentos.



El año 1761 se produciría un giro decisivo en la carrera del joven músico: fue entonces cuando los príncipes de Esterházy -primero Paul Anton y poco después, a la muerte de éste, su hermano Nikolaus- lo tomaron a su servicio. Haydn tenía a su disposición una de las mejores orquestas de Europa, para la que escribió la mayor parte de sus obras orquestales, operísticas y religiosas.

El fallecimiento en 1790 del príncipe Nikolaus y la decisión de su sucesor, Paul Anton, de disolver la orquesta de la corte motivó que Haydn, aun sin abandonar su cargo de maestro de capilla, instalara su residencia en Viena. Ese año, y por mediación del empresario Johann Peter Salomon, el músico realizó su primer viaje a Londres, al que siguió en 1794 un segundo. En la capital británica, además de dar a conocer sus doce últimas sinfonías, tuvo ocasión de escuchar los oratorios de Haendel, cuya impronta es perceptible en su propia aproximación al género con La Creación y Las estaciones.
Fallecido Paul Anton ese mismo año de 1794, el nuevo príncipe de Esterházy, Nikolaus, lo reclamó de nuevo a su servicio, y para él escribió sus seis últimas misas, entre las cuales destacan las conocidas como Misa Nelson y Misa María Teresa. Los últimos años de su existencia vivió en Viena, entre el reconocimiento y el respeto de todo el mundo musical.


Un ejemplo de su música es su Sinfonía nº 94, conocida como "La Sorpresa":







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